Este artículo enfatiza las etapas principales del descubrimiento de uno de los marcadores autonómos más destacados de las expresiones mentales, la actividad electrodérmica (EDA). La contribución de las escue-las de fisiología francesa y alemana, orientada por las necesidades clínicas y el deseo de conocer más sobre los mecanismos fisiológicos, constituyen las primeras raíces de dicha actividad. En este marco, Féré y Tarchanoff, des-cubridores franceses y rusos respectivamente, establecieron el vínculo entre la actividad mental y la EDA, por un lado, y sentaron las bases metodoló-gicas de la utilización moderna de este neuromarcador, por el otro. Este le-gado, asociado con medidas neuronales centrales, promete un futuro en expansión en neuropsicología, psicopatología, neurología, criminología y en neurociencia cognitiva y afectiva.